13 de julio de 2012

El ojo de un caballo triste



Es de esas bellezas simples:
describir un galope y
que te lleguen los cascos soltando
pedregullo y polvareda
porque tenés la puerta abierta (y además porque
te rajaste de la ciudad)
y el relincho y las bufas
retumban,
derrumban tu idea
épica del amor
y el ojo de un caballo triste
es un espejo de espuma
en la siesta.
El ojo de un caballo triste
te devuelve a la vida
como si montaras un canasto derrapando
ladera abajo de la sierra.

En la sonrisa de un caballo triste
viven
Cartago y Alejandro
y están en venta las praderas de Duluth
y otras tantas parcelas
en Esmirna, en Xi´an 
  

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