22 de mayo de 2012

Una canción a prueba de balas


Necesito un abrazo ahora.
Porro no tengo,
cerveza sí.
Además no puedo ni salir de la casa,
la calle se llena de espías y cámaras,
y vos lejos,
casi desvanecida,
como el verano que empieza a entrar en crisis
y se toma el palo hasta el próximo año.
Es un poema lo que hace falta, uno o dos,
o una canción a prueba de balas.

                                                     

El inquilino


Pensamos en "mañana"
no mucho más que hace diez años.
Apenas media hora más
por mes.
Este inquilino que vive
tranquilo, y se mueve lento
por tu costado inquieto,
a costa tuyo, usando tu pseudónimo,
es el cerebro de una organización mágica.
Consume en verano toda la leña
cortada para el invierno
y falsifica tu firma en las reuniones familiares.
Estás borrado ahora
y la única compañera es Pirra,
la nena de los anzuelos.

A las 9:20, a la noche,
no tenés hambre,
y es indistinto porque no hay comida;
no hay cielo arriba
ni demonios por ahí abajo.
Están mezclados, encimados, confundidos.

Hay una incertidumbre —una no certeza—
pero nadie que golpee la puerta.

Estás vendiendo los libros robados,
la ropa que no usás,
el tiempo que no tenés.

Yo te vi como una aparición
relajarte a los pies de la cama
donde están los perfumes
recreando la vida
cerca de la destilería de esencias
de la que vivíamos cerca,
tan cerca...

Más que...


Más que poeta era borracho, y de cerveza.
Pero esa nochecita entró, se subió al escenario que habían armado para idolatrarlo. Se sentó tras la mesa y empezó a recitar poemas. Poemas desconocidos, nuevos, y algunas cosas que se le ocurrían al momento, todo mezclado.
      —Yo no soy, Larry, una estrellita de rock. —No vengo a cantar lo que esperan escuchar. —Vine por los poemas, por la poesía, por la ceveza libre de cuentas.  

21 de mayo de 2012

Casi un poema



Perdón, el mejor poeta de la época
está durmiendo la siesta.

La tarde es simple y lenta.
El escándalo es la
reina, ahora,
esta tarde triste y lenta como una prostituta que llora
y que no queremos escuchar más dale que dale
la misma historia;
esta tarde:
cuando trajeron a tu hermano de las trincheras, envuelto en sábanas blancas o amarillas
y los vecinos salían a ver el show
escondidos,
mirando de reojo tras
las revistas. La chica de la panadería
le oculta su embarazo a la familia,
no sabe quién es el padre del futuro nieto.
La vida es simple y lenta como esta tarde
que es una dosis mínima,
una muestra gratis.





8 de mayo de 2012

Atlante


Fin de mes. Ni un centavo.
Atlante sosteniendo
el cielo con las manos.

Hay que cortar el pasto


Hay que cortar el pasto y
sacar las telarañas de cada rincón.
Poner veneno alrededor de las plantas,
crear un ámbito seguro
contra toda peste o insecto.
El jardinero vive solo en una casa
silenciosa. Ahora que los días
se destemplan como mal acero
se queda hasta más tarde
y empieza a trabajar con el sol ya
sobre el jardín.
Le cuento de vos
mientras le cebo mate
amargo como le gusta,
como te gusta a vos,
como los yuyos que quita
de entre el pasto bueno.
Habla del amor como de plantas
que crecen y se podan,
se riegan, se abonan.
El mejor beso se da —dice—
con la perfección con que se trabaja un bonsái
y a veces los celos son
cicuta.

Satélites




Decididamente esta tarde
los satélites no estuvieron de nuestro lado.
Igual, así,
nos comunicamos.
Nos amamos un rato por teléfono
mientras el sol entra en crisis
hasta mañana.
Dos cuerpos hermosos
sosteniendo dos latas
unidas por 700 km
de hilo tenso.