Más que poeta era borracho, y de cerveza.
Pero esa nochecita entró, se subió al escenario que habían armado para
idolatrarlo. Se sentó tras la mesa y empezó a recitar poemas. Poemas desconocidos,
nuevos, y algunas cosas que se le ocurrían al momento, todo mezclado.
—Yo no soy, Larry, una
estrellita de rock. —No vengo a cantar lo que esperan escuchar. —Vine por los
poemas, por la poesía, por la ceveza libre de cuentas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario