13 de julio de 2012

Como una tiza en el aula...



Quise escribir el mejor poema
pero las nubes son mantos falsos
sobre La Perla.
Más allá de mañana,
los álamos devuelven todo
lo que pedíamos desde lejos,
y entonces no importa la nieve
aunque la devoremos,
de nada sirve aunque la asfixiemos,
ni funciona el retruécano del progreso minero.

La fauna autóctona haciendo simbiosis
con la escarcha matinal de las acequias
y en el Instituto de Estudios Superiores
algunos pretenden aprender por ósmosis.

Nunca fuimos héroes ni buscamos la gloria
estábamos maculados como ejércitos amanecidos,
siempre en el alba poseídos
que así lo dicta la mejor canción de esta tierra rabiosa,
nacida en la era intergaláctica del ácido. 

Mis hermanos deambulan por el río
mastican las raíces y dan
al sol el cuerpo etílico como una vasija de aguardiente
eau de vie de Colpes,
de los pueblos.

Entre la nieve —que aún no cayó este año—
y la cerveza, pienso,
que nunca tuvimos “nuestro cuarto”;
fue el tuyo, fue el mío,
nunca el nuestro.
Y eso es un milagro, o sólo un detalle
de los pequeños.

Pero en las guirnaldas que
alguien colgó de los algarrobos,
de una a otra orilla del río,
—en La Cañada— están reverberando
las ocho letras de tu nombre
como un fantasma.

La influencia posmoderna, postmortem, nos llena
el cuore de telarañas, de lagañas
y no está mi abuela italiana para
cocinarnos Lasagna

El amor es un truco de magia!

El amor es una piedra
fría e indistinta
como una tiza en el aula,
que se hace polvo,
se mezcla al aire,
se respira.

Lo duro es estar alerta,
vindicar los caminos vírgenes
de Malli y Huaco,
y el miedo al tribunal que examina
de los alumnos que se pasan a Saujil
cuando

lo duro es no dormir de noche
como mi gata, como la tuya;
como la víctima: nuestra oveja negra;
como eso que con la luna caza:
nuestra jauría.

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